17 de Agosto de 2025 | Medellín, Antioquia | Cristin Serrano, Periodismo UCN
Gran Fondo “Ruta Al Mar” reunió a 70 participantes de distintas regiones de Colombia y del extranjero, combinando deporte, misión y servicio comunitario en un testimonio de fe sobre ruedas.
Del 14 al 17 de agosto, la Iglesia Adventista del Séptimo Día en la Costa Atlántica desarrolló la sexta edición del evento “Gran Fondo Ruta al Mar - Quiero Vivir Sano”, un recorrido ciclístico de 380 kilómetros dividido en cuatro etapas: Valledupar–Bosconia (92 km), Bosconia–Fundación (69 km), Fundación–Santa Marta (94 km) y Santa Marta–Barranquilla (114 km).
Los ciclistas iniciaron la primera etapa con un amanecer de fe y esperanza en la carretera. Créditos: Hope Media Colombia
La iniciativa reunió a 70 ciclistas provenientes de distintas regiones de Colombia, entre ellas Arauca, Medellín, Ibagué, Cali, Tunja, Cúcuta, Norte de Santander, Bucaramanga, Abejorral, Codazzi, Valledupar, Barrancabermeja, Cartagena, Córdoba, Barranquilla y Cesar, junto a un participante especial desde Puerto Rico. Entre los asistentes se encontraban deportistas recreativos, familias, líderes de iglesia y el exciclista profesional WorldTour, Winner Anacona, quien participó por segunda vez en estas rutas organizadas por la Iglesia Adventista, tras haber acompañado también el fondo realizado en Arauca.
El pastor Javier Miranda, director de Salud de la Asociación de la Costa Atlántica y coordinador local del evento, resaltó que esta ruta no solo fue un desafío físico, sino también un instrumento de misión: “Nuestro objetivo es mostrar que la salud es un regalo de Dios y que el evangelio se vive de manera integral. Queremos impactar a las comunidades diciendo que cuidar el cuerpo, la mente y el espíritu es parte del propósito divino”.
El pastor Javier Miranda, director de Salud de la Asociación de la Costa Atlántica, también se unió al desafío pedaleando junto a los participantes.Créditos: Hope Media Colombia
Testimonios que inspiran
Los ciclistas coincidieron en que la experiencia fue mucho más que deporte. Arbey Fernández, de Medellín, destacó el sentido de comunión: “Cada vez la Iglesia organiza mejor la logística, y compartir con los hermanos y conocer nuevas culturas lo hace especial. Esta vez fue aún más significativo porque mi esposa me acompañó”.
Para Ilba Rosa Sanguino, de Arauca, el evento fue un regalo para su vida: “Aquí nutro mi cuerpo, mi espíritu y mi alma. El mensaje de salud de la Iglesia debería llegar más lejos, porque nos recuerda que nacemos siendo una máquina perfecta, pero con nuestros malos hábitos la dañamos. Estas actividades nos enseñan a cuidar lo que Dios nos dio”.
Momentos de fraternidad: en cada parada, los participantes compartieron experiencias y ánimo mutuo. Créditos: Hope Media Colombia
Desde Codazzi, Cesar, Carlos Maxwell Hernández compartió cómo el ciclismo transformó su salud: “Llegué a pesar casi 110 kilos; hoy peso 75 y ya no sufro de hipertensión. Estos eventos muestran que la Iglesia no es cuadriculada, sino que promueve la salud y el testimonio a través del deporte”.
El pastor Carlos Martínez, participante internacional desde Puerto Rico, quien ya ha tomado parte en varias actividades similares en su país, mencionó: “Allá llevamos 18 años realizando una ruta parecida, y ver que otros países se han motivado a unirse a este tipo de iniciativas es espectacular. El deporte es una herramienta poderosa para acercar personas al evangelio”.
Logística y seguridad
El evento contó con un sólido esquema de seguridad, liderado por la Corporación Rescate Garsa, institución adventista de rescate y salvamento dedicada a la atención prehospitalaria en Colombia. Vehículos de apoyo, seis motocicletas, un equipo médico y convenios con ambulancias en cada peaje garantizaron la protección de los ciclistas. “Queremos que los participantes se sientan cómodos y seguros. Incluso les entregamos hidratación y un gel caliente para la recuperación muscular en cada parada”, explicó Jair Flórez, coordinador de seguridad.
La Corporación Rescate Garza brindó apoyo en seguridad y salud; en la foto junto al pastor Mauricio Buitrago, líder de salud de la Unión Colombiana del Norte. Créditos: Hope Merdia Colombia
La hermandad adventista de cada localidad se unió con entusiasmo, ofreciendo alimentos, hidratación y aliento a los deportistas. El pastor Josué Torres, presidente de la Asociación de la Costa Atlántica, expresó: “Para nuestra iglesia este evento es una fiesta. Hemos visto a los miembros felices de servir y compartir, y a la vez impactamos a las comunidades con mercados y mensajes de esperanza”.
Evangelismo integral
La iniciativa no se limitó al deporte. En cada ciudad se realizaron acciones de servicio comunitario, como la entrega de más de 250 mercados y kits de aseo a familias necesitadas en Valledupar y Bosconia, además de conversatorios sobre vida saludable.
El pastor Mauricio Buitrago, director de Salud y Líder de esta iniciativa en la Unión Colombiana del Norte (UCN), subrayó que este proyecto se integra al plan evangelístico nacional: “Cada pedalazo es un testimonio de que Cristo quiere buena salud para las personas. Estas actividades nos permiten atender las necesidades de la comunidad, ganar su confianza y finalmente invitarlos a Jesús”.
De los 70 ciclistas, 25 no pertenecían a la Iglesia Adventista, lo que permitió que el evento fuera una plataforma natural de testimonio. Entre ellos se encontraba Winner Anacona, quien manifestó sentirse parte de la familia adventista y expresó su compromiso de seguir apoyando estas iniciativas.
El exciclista profesional Winner Anacona compartió pedalazos y testimonio con los participantes del Gran Fondo "Ruta al Mar". Créditos: Hope Media Colombia
Un mensaje que avanza
Instituciones como la Unión Colombiana del Norte, IADPA, Hope Media Colombia, AWR Colombia, ADRA y la Corporación de Rescate Garsa, junto a empresas locales respaldaron la actividad, reforzando el mensaje de que la Iglesia Adventista está comprometida con la salud, la familia y el bienestar integral.
El pastor Jonathan Pérez, de IADPA, explicó el valor espiritual del evento: “Un cuerpo sano tiene una mente sana para tomar las mejores decisiones, incluida la más importante: seguir a nuestro Dios. Por eso continuaremos apoyando estas iniciativas que hacen a la Iglesia relevante para la sociedad”.
El recorrido culminó en Barranquilla con un espíritu de gratitud y consagración, inspirando a jóvenes y adultos a continuar promoviendo la fe a través de un estilo de vida saludable. Como recuerda la Escritura: “¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo?… glorifiquen, pues, a Dios en su cuerpo y en su espíritu” (1 Corintios 6:19-20).
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