Los habitantes de Jabes
Cuando los habitantes de Jabes de Galaad se enteraron de lo que habían hecho los filisteos con Saúl, los más valientes de ellos caminaron toda la noche hacia Betsán, tomaron los cuerpos de Saúl y de sus hijos y, luego de bajarlos del muro, regresaron a Jabes. Allí los incineraron. 1 Samuel 31:11, 12.
Hacia cincuenta años Saúl los había librado de la mano de los enemigos. Ahora que el rey está muerto, ellos se esfuerzan por intentar hacer algo en su favor. Saúl y sus hijos no sabían nada de lo que estos hombres harían, pero la historia nos recordará su acción como un hecho heroico.
Hay ciertas acciones que solo algunos hombres se animan a realizar. Solo los más valientes, los más comprometidos, los más preocupados… Mientras tanto, muchos miran para otro lado. ¿En qué grupo estás?
La verdadera religión es cosa de pocos y para pocos. Las multitudes, generalmente, no tienen mucho espacio en las cuestiones espirituales profundas. Cristo lo enseñó con el ejemplo de la puerta estrecha. No creo que sea difícil ser amigo de Jesús; solamente exige compromiso y fidelidad. Como las buenas amistades.
Estos pocos, los más valientes, caminaron toda la noche para cumplir con su intención. ¿Te diste cuenta de que hay personas que son especialistas en teorías? En el discurso son excelentes; con las palabras construyen universos. Pero en la realidad práctica del día a día dejan mucho que desear.
La religión no puede convertirse en una serie de teorías bien elaboradas y hermosamente presentadas. La religión es práctica, es día a día, es momento a momento andando junto con Cristo. Los discursos no pueden ser el centro de nuestro evangelio.
Es como la historia de aquel pueblo que pescaba mucho y pescaba bien. Con el tiempo, salieron manuales de pesca, se dictaron cursos teóricos de pesca, se organizaron seminarios continuos de pesca profesional y no profesional… el problema fue que nadie más tomaba las cañas para pescar.
Todo el esfuerzo realizado por estos valientes hombres de Jabes fue para bajar los cuerpos de sus exlíderes del muro y darles una sepultura decente. Apenas intentar alguna cosa para que la vergüenza sea menor.
Hay ciertas acciones que debemos realizar no por el premio que recibiremos, sino por el significado que aquellas tienen. No ayudamos a cruzar la calle a una abuelita porque nos va a pagar, sino porque es lo correcto.
El cristianismo práctico es acción.
Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor
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