«Y esto no es nada raro, ya que Satanás mismo se disfraza de ángel de luz» (2 Corintios 11:14, 15).

En la ciudad de Luohe, China, se había estado anunciando la apertura de un zoológico que, entre otras atracciones, prometía exhibir unos encantadores leones africanos. Con el deseo de que su pequeño hijo de seis años conociera al “rey de la selva”, una mujer decidió llevarlo al parque. Tras haber recorrido gran parte del zoológico, finalmente llegaron al pabellón de los leones. Todo iba de maravilla hasta que en lugar de emitir un explosivo y profundo rugido, el supuesto león lo que hizo fue ladrar. ¿Ladrar? Sí, un león que ladra; o mejor dicho: un perro que se hacía pasar por león. “El zoológico nos está engañando -vociferó la señora- Está tratando de hacer pasar a perros por leones”. La señora y todos los que habían ido al zoológico fueron estafados. Al ser cuestionado sobre este asunto, el encargado del parque afirmó que ellos tenían varios leones, pero que estaban lejos, en otra zona del zoológico donde se estaban apareando, y que el perro pertenecía a un empleado que sencillamente lo había dejado en la jaula del león por razones de seguridad.

Quizás te estés preguntando: ¿Cómo se puede confundir un león con un perro? Cuando tengas la oportunidad busca en Google a un Mastín Tibetano, y verás que hay que emplearse a fondo para encontrar las siete diferencias entre ese tipo de perros y un león.

Has de saber que en cuanto a cómo engañar a la gente, nadie le gana a Satanás. De hecho, lo primero que hizo ese personaje cuando invadió la tranquilidad del Edén fue engañar a Eva (Génesis 3:13). La engañó ofreciéndole hacerla como Dios cuando lo cierto es que lo que hizo fue hacerla como él. Las promesas del diablo son falsas ilusiones, espejismos, palabras que nos seducen y nos hacen ver un paraíso donde lo único que hay es desgracia y dolor.

Saber de antemano que Satanás es un engañador nos da una gran ventaja sobre él. Aunque se presente disfrazado como un ángel de luz, no podrá engañar a los escogidos del Señor. Tú y yo sabemos que ese león no es más que un perro.

#AbrelosOjos

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2016
“Visita mi Muro, 366 Mensajes que Inspiran”
Por: J. Vladimir Polanco






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