Reflexiones para tí.

El cristiano y la política

Pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte sátrapas, que gobernasen en todo el reino. Y sobre ellos tres gobernadores, de los cuales Daniel era uno, a quienes estos sátrapas diesen cuenta, para que el rey no fuese perjudicado… Entonces los gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él. Daniel 6:1-4.

¿Puede el cristiano dedicarse a la política? ¿Son compatibles los ideales y las prácticas cristianos con los de la actividad política? Nuestro texto de reflexión para hoy nos muestra, en este sentido, el ejemplo siempre inspirador del profeta Daniel.

¡Qué maravilloso! Un hombre que está en la cima del poder -ambiente en el que generalmente los hombres pierden la cabeza, y se dejan seducir por el lujo, los vicios, los placeres y las presiones de todo tipo, así como por las mayores ambiciones egoístas- a su vez es tan intachable en su conducta que ni los propios enemigos pueden encontrar alguna falta o vicio mediante los cuales poder acusarlo.

Podríamos también hablar de José en Egipto, de Moisés gobernando al pueblo de Israel, de Salomón y David en sus mejores momentos, y de tantos creyentes modernos que ejercen posiciones gubernamentales.

Sí, parece utópico en el mundo en que vivimos, pues hay tantos intereses económicos y políticos mezquinos que nos da la sensación de que nadie puede acceder o permanecer en el poder sin corromperse o sin ser “bajado” de él porque molesta. Pero, lo que quiero rescatar aquí es el principio de lo legítimo de la actividad política para el hijo de Dios. De allí a que sea realizable es otro tema; pero, en caso de que te sientas llamado a una vocación política, o la estés ejerciendo, recuerda que la clave para seguir siendo cristiano en cualquier posición en que estés es que, como Daniel, seas fiel hasta las últimas consecuencias, intachable, y que lejos de fortalecer con tu vida la idea de que “todo hombre tiene su precio” puedas mostrar que, por la gracia de Dios, eres incomprable, y que estás allí solamente para contribuir al bienestar de la sociedad, y no para satisfacer intereses personales egoístas.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El tesoro escondido” Por: Pablo Claverie






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